Roger Wolfe

He vuelto esta tarde al diario de Roger Wolfe –«¡Que te follen, Nostradamus!»– para recuperar un pasaje en el que Roger cita a Luis Rosales y donde quizás se encuentre el alma de toda su escritura –la de Roger y también la de Luis Rosales–, y probablemente también de la mía. Allí se encierra esa verdad del «te va a dar igual, pues todo va a seguir su curso y tú no vas a cambiar nada de nada», los día van a seguir pasando como las hojas del calendario y tú caerás con ellas, sin más y sin menos. La lucidez está en hacerle saber al personal que esa «obviedad» que casi nadie pondera es la más justa de las realidades, aunque parezca un contrasentido ese intento de hacer demostraciones ante el convencimiento de su inutilidad. Estas palabras de Roger dan sentido a toda su escritura, y a la mía, pero también se lo quitan...

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