Homais*

Cuando visité a Pier Paolo Pasolini en el hotel de Riva Ligure en el que se alojaba, le encontré desastrado y arisco. Me recibió a pesar de su estado y charlamos de asuntos superficiales durante más de cuarenta y cinco minutos.
De repente, cuando nuestra conversación transitaba por la curia romana y sus asuntos oscuros, Pier Paolo cortó la conversación con una especie de rugido, me miró fijamente a los ojos y dijo:
“Eres la reencarnación de Homais, cabrón. Mediocre, anticlerical y volteriano… siempre pendiente de tus intereses. Tu alma provinciana no te permite ver cómo caemos vencidos los héroes, mientras te hinchas con tus condecoraciones absurdas y grotescas… Métete tu seguridad donde te quepa…”.
Y haciendo gestos de bufón, como una burla, desapareció por el pasillo de camino a su habitación.
De vuelta a casa, pensé en sus palabras y las encontré cargadas de razón… a los mediocres sólo nos queda la posibilidad de ser Homais, que es como ser nada.

* (Homais es un personaje de “Madame Bovary”, de Gustave Flaubert).

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