¿Existo yo en la palabra?

¿Existe solo lo que seguirá existiendo sin mí?
Las palabras contienen la tristeza de lo no completado: con ellas se resume, se hace el esquema, se interpreta… pero siempre de forma burda, sin esa finura que necesita la idea… esto es lo que se puede enseñar, lo que yo puedo enseñar… pero necesito que haya algo más que lo complete, que lo lleve a la extensión precisa de la idea que se verbaliza.
También es cierto que esa falta de la palabra me hace feliz, porque me hace perseverar en la calidad y en la precisión de su uso… y es que todo lo incompleto contiene la calidad de felicidad.
¿Existo yo en la palabra, soy capaz de ser en ella?
Existir es tomar una actitud ante cada suceso que se cruza en nuestro camino… y también tomar una actitud sobre todo como conjunto unitario. Recordar, por tanto, no es existir, ya que en el recuerdo solo pace cierta aptitud… recordar es, como mucho, desexistir… y desexistir suele traer anudada una rémora de cobardía.
¿Llegaré alguna vez a tener una relación adulta con algo o con alguien?
Ojalá eso no suceda jamás.

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