Notas venidas del frío

Lo ideal no es humano, porque la calidad de lo humano es lo imperfecto. Y es en la imperfección donde obtenemos el brillo humanista que nos redime… y es también afirmación del hombre su justa imperfección.
Y la imperfección parte siempre de los sentidos, de cada uno de ellos y de todos a la vez: una vista que sólo es capaz de percibir en ciertos niveles de vibración de la luz, un oído que se deja escapar el noventa y nueve por ciento de los sonidos [con el fin de que no nos volvamos locos], un tacto que apenas roza la sensación y lo hace con rudeza, un gusto aparcado en una estrecha franja de sabores y un olfato mentiroso y pacato… con estos mimbres intentamos expresar o/y procesar cada una de nuestras ideas, de tal forma que la imperfección es un continuo, pero un continuo que nos permite la creación, la superación, la mejora… y es ahí donde encontramos materia para arder y para seguir.

NOTAS VENIDAS DEL FRÍO DE HOY
• Ya nada será revelado, porque el misterio está en mí y solo yo puedo ser capaz de hacerlo asomar.
• Nada será inspirado, porque solo en el error está el acierto.
• Nada será, porque ya ha sido antes.
• Todo lo involuntario me pertenece tanto como lo voluntario, y la suma de ambas calidades del hecho me hacen y me deshacen, no otra cosa.
• El verdadero símbolo está en mí y vivir es ir descubriéndolo.
• La miseria es propia e intransferible. Uno la gestiona y se la come como a un hijo, la muestra o la esconde, la niega y es en ella.
• No hay un placer de lo concreto, pues el placer siempre viene del azar. Quien sabe no obtiene placer, porque el saber es final, terminación, muerte. Quien camina hacia un conocimiento sí está en un proceso de placer.
• La necedad es una condición previa a la maldad absurda, a la vida perdida. El necio debe ser eliminado de cualquier sistema social.
• Que tu mano tiemble no es una debilidad, es una falta de pericia o el signo de una duda. Todo puede aprenderse.
• El futuro es lo que tú harás, nunca lo que yo he de hacer. La propia vida lanzada es siempre presente.
• Todo lo que existe debe ser aniquilado para dejarle hueco a lo que deba existir.
• El desprecio es arbitrario siempre que no sea desprecio hacia uno mismo.
• Renunciar a lo que arbitra la lógica por una idea de Dios es también renunciar a la justa naturaleza de las cosas. Quien cree y no pregunta es un ser por debajo del hombre.
• Cómo me relaciono yo con las cosas y cómo se relacionan las cosas conmigo son las preguntas que tienen capacidad de completarme.
• Enfatizar lo que nos rodea es un engaño que nos lleva a la moral, que es otro engaño devenido del anterior. Apreciar sin admiración y sin idea de posesión parece un principio fundamental para armar una nueva idea social.

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