Me encanta sentirme poeta

Es curioso como la voluntad poética lleva siempre a buscar una existencia en lo trágico que se traduce por lo común en la insistencia en caminos que no responden a la realidad pacata en la que sobrevivimos. Al poeta le gustaría ser intenso en todo y, a la vez, ordenar su vida en monotemas: este año el amor, el año que viene el sufrimiento existencial, el siguiente la duda... y así gozar la itensidad de un sentimiento, de una forma de ser o estar... pero la vida no es así, la vida es caos y tono bajo como constante de paso. Es por ello que me encanta sentirme poeta, verme poeta; y es por ello también que escribo con más o menos suerte.

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