«la poesía es la acción real»

Aseveraba Pier Paolo que «la poesía es la acción real» y que evocarla –la acción real– es lo que puede concretarse en versos. Yo creo a pies juntillas que por ahí va la cosa, que la poesía habita en la vivencia, en el acto, en el sentimiento interior. No en la palabra, que sólo puede acercarse al hecho poético con grandes pérdidas en el camino. Así, el buen poeta es el que se deja menos material en el viaje, el que encuentra los versos que son capaces de contener todo el indicio deshidratado, el que es capaz de reproducir en el receptor un tanto por ciento de los sentimientos sucedidos en la «acción real» –no se confunda el prosaísmo de lo descriptivo, por favor–. A más porcentaje, mejor poeta. Este planteamiento acabaría con cienmil poéticas en este justo instante. El decorado, el florilegio, la justa medida, el ritmo interno, la metáfora, el flou y el flash vienen bien y a mejor, pero no solamente...

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