El tercer hombre

Necesito la mirada,
un testigo que sepa sellar sus labios
para anotar el día que ha pasado.

No hay bondad ni maldad
si no hay unos ojos en ellas,
porque el ardor que vive adentro
no existe si no quema
las vísceras del otro,
porque la risa es mueca si no acompaña
al estupor,
porque morir a solas
es sólo causa
si no abanderan las lágrimas
algún pañuelo usado
o un gesto de descanso
flota en los túmulos.

No hay ser
si no se hace plural
el sujeto y llueven adjetivos.

El tercer hombre
murió ayer
asesinado por una nada.

Yo le estoy buscando.

Soy la sed
y abrevo en las canastas
un agua que ya fue.

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