Por si mi suerte...

Yo, nadie en vida,
dejo el mar en su sitio,
los castaños alumbrando otro ciclo
de candelas y erizos,
el cielo a su capricho para todos los ojos,
el amor –aparcado– para gastarlo a tragos
y unos hijos inciertos
para que sean libres.

Dejo mis ganas como nuevas,
casi por estrenar,
por si alguien las quisiera...

...y un plato de carne poco hecha.

Cuidad que no haya tiempo para la podredumbre.

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