HHerman Melville avista desde su mesa una ballena blanca
Resopla al oeste
y va cargada de toda mi miseria.
Echad una chalupa con todos los aperos
en este mar de dudas,
que allí está mi destino;
y no esperéis por mí, que ya no vuelvo.
Pip, cuida bien mis campos de amapolas.
y va cargada de toda mi miseria.
Echad una chalupa con todos los aperos
en este mar de dudas,
que allí está mi destino;
y no esperéis por mí, que ya no vuelvo.
Pip, cuida bien mis campos de amapolas.
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