Somnífero en mi copa

Hay días en que acepto
todo lo que me viene.

Comulgo la maldad de los affiches
que abrazan los muros de las calles,
hago caso al augur
mientras gozo del gusto de la sangre
que ha teñido sus manos,
me adhiero al verdugo o a la víctima
–da igual–,
me muevo al justo paso
que me marcan los himnos,
abandero las causas que me rozan,
mato o perdono la vida
y si hay que suicidarse,
me suicido...

Todo por no pensar,
todo por no detenerme a ser.

Esos días soy
para que nunca me recuerde nadie.

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