Argüelles, El Armilla, le cuadra un toro a Frascuelo

Maestro, la trampa está en la boca;
calle usted y no escuche
las voces del gentío,
fíe sólo el capote
al ritmo que le den sus sensaciones,
sea tan sólo usted
el que valore el precio de su arrojo
y el temor que contienen sus rodillas;
cuando tenga seguro que el único enemigo
que le acecha es usted mismo,
sabrá que tiene el triunfo entre sus manos.
Todo suyo, Maestro.
...Y mucha suerte.

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