La traición hace el triángulo

No voy a matar más de lo que puedo
porque de verme dios estoy cansado.
Quizás me ahogue despacio en vino añado
en un rincón de bar tranquilo y quedo.

No voy a matar más a lo corsario,
porque el brazo se cansa y duele el dedo
de tanto disparar. Y ser Quevedo
me gusta mucho más que ser sicario.

El miedo que te ofrezco está en mi boca
porque hoy cambio las balas por palabras
que no saben de amigos ni banderas.

No voy a matar más, aunque no es poca
la amenaza de herirte. No me abras,
porque sé que otro tiene tus caderas.

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