El perseguido, cansado, se esconde en un club de jazz

¿Por qué no olvidar el segundo recién pasado,
el minuto anterior,
y decidir que la historia comienza a la par que sucede?

Percibir que todo anda mal
nada más pisar la calle
y borrar el instante,
y volver a salir
hasta que el curso de ese caudal de sombras
que es el hombre
alumbre una pasión...

Y nadar los compases
de una música de humo
para que la bocana
del arma del destino
sepa que duerme el tiempo
y no preste atención.

A veces... lo mejor
es morir un poco.

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