Enumeración caótica

El mar no es cielo hoy
[cumpliendo con el rito marcado de los cumulonimbos],
las monedas hacen su fiel gimnasia de ‘pinball’
para deslizar un Chester hasta mis manos blancas,
la camarera mira con ojos de antesdeayer a mis ojos de luego,
el verde ya se ajusta en el monte
y empieza a confirmar sus amarillos,
es fresco mi espacio en las horas de calor,
pasa un muchacho azul con camiseta,
la paloma del tejado sigue cagando su paz sobre los hombros de la gente,
hay tormentas pendientes en la sierra y en casa,
Magdalena vomita sin saber que su cuerpo es pura anatomía de todo lo agotado,
hay tiestos en barbecho en algunos balcones,
saltan dos pechos vírgenes buscándome los ojos,
una mosca persigue este verano,
colma el amor la esquina de una calle,
chillido de ambulancia [la muerte no reposa],
siento a Alejandra Pizarnik agarrada a mi espalda,
el tiempo es plano y líquido,
hay fiesta en unas manos,
dos rizos me recuerdan las tardes de merienda,
me hacen daño las chanclas en el justo interdedo,
suena Pamela Barber y es como un bebedizo,
alguien me echa de menos y yo no siento nada…

Necesito una pasión para abrir de nuevo el mundo ante mis ojos,
para darle otra voz, para lavarlo…
una pasión concreta y definida que me llene de nervios y de ansia,
una pasión azul y gris marengo
con la que darle al fuego nuevas llamas.

Comentarios

  1. La pasión concreta destruye, aunque sea azul y gris marengo.
    Mucho mejor un amor secreto e imposible, de color arco iris.
    Tus nervios y tu ansia no necesitan nada porque eres tú las llamas que alimentan tu propio fuego.
    (Me parece que hoy me puse en un estilo que no se me da.)

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  2. Quise decir amor platónico, no "secreto" ni "imposible", pero no me salía... Acuso el incipiente alzheimer... Además, replicar en filosófico a lo lírico es de mal gusto, ¿no?
    Hoy estoy muy crítica conmigo misma, por eso vengo a vuestras páginas, a ver si me contagiáis la musa.

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