No existe estética sin afectación

No existe estética sin afectación, pues la una se modula en los parámetros de la otra. El problema que se me plantea desde esta pretendida certeza es la diferencia que pueda marcarse entre vulgaridad y originalidad.
Mientras que la afectación es propia, podríamos decir intrínseca, de los seres vulgares [el más vulgar de los hombres siempre acostumbra a vestir máscaras que hacen sus gestos afectados], la originalidad se lleva como forma natural de paso y nunca resulta forzada.
¿Cómo puede responder, entonces, un ser original a una estética? Desde mi punto de vista, el original sólo tiene la capacidad de marcar una estética, que será la forma en la que los seres vulgares encuentren camino abierto a la imitación [afectación].
Desde estas premisas, lo lógico sería trabajar en la búsqueda de lo original para huir del campo de lo vulgar… pero, ¿no supone tal búsqueda una vulgaridad mayor?
Buscar un modelo nunca fue lo mismo que serlo, y ser modelo o canon no es algo que tú decidas o que obtengas por trabajo y elaboración.
Todo llega o no llega independientemente del empeño que se ponga en ello, siendo más afectado quien se empeña en no serlo y resultando original quien ni siquiera se ha planteado serlo.
Participar de una estética por moda es absurdo, integrarse en una estética por motivos de razón práctica es oportunista… pero caer en una estética ya creada sin conocimiento de su previa existencia es frustrante y desolador.
Tal y como está el mundo, nos resulta imposible no ser vulgares [afectados]. La solución puede radicar en saber llevar bien nuestra vulgaridad hasta que por sí misma se convierta en la naturalidad que nos haga, por fin, originales.
A lo que se ve, llevo la mañana espesa, ¿no?

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