AQUÍ VIENE LA GENTE DE GRIS

AQUÍ VIENE LA GENTE DE GRIS
[Respuesta a Antonio Orihuela]

Como el tiempo, pasaron las victorias y los héroes,
y jamás fuimos parte de sus desfiles ni de sus condecoraciones,
pues un poeta a destiempo no es para los laureles ni las galas.

La charada empezó, quizás, como una rebelión menor contra la vida,
y se fue consumando sin promesas en el justo estatismo de los árboles,
y tuvo longitud, que no estatura, para aguantar lo vientos
de todo lo que estaba establecido.

Éramos los vencidos manoteando en el charco de la poesía hecha,
los muchachos terribles que arrancan la sonrisa de los que tienen todo,
la escoria soportable para darle contraste a sus relamidos madrigales
y a sus pomposas elegías a los muertos egregios.
Se olvidaron de que veníamos del barro y teníamos muy poco que perder,
que no nos importaba su culto hacia la forma, aunque la conocíamos,
que encontrábamos aire a bocanadas
donde ellos eran solo el pescado recién sacado de la red.

La charada fue llegarles a herir mientras pensaban
que no teníamos armas contra su absurda gloria,
y mezclarnos con ellos en los papeles tiznados
sin buscarlo…
y hasta merecer su asquerosa cosideración
y su escuálido abrazo.

Vivimos, y eso les hace resta, les escuece,
les inflama el forúnculo sobre el sillón de piel…
vivimos y lo saben, como saben también –aunque lo niegan–
que nuestra voz está hecha con sus mismas palabras
y tiene dirección, y acumula nuestra verdad y sus razones…
con otro resultado más intenso y vivido.

No somos oportunos ni correctos, no lo necesitamos;
no esperamos porque jamás nos dieron…
Tomamos lo que es nuestro e intentamos hacerlo dignidad
o fracaso.

King Crimson pone banda sonora a este road movie
Mientras nosotros le añadimos el paso,
la huella,
el polvo…
y las jodidas ganas de no morir
sin haber dicho todo lo que debemos decir.

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