Ángel Ganivet se bebe el Duina

Quizás esté lo muerto en nuestra alma,
quizás no seamos más que solo muerte,
quizás vivir no sea ninguna suerte
pues solo en cada muerte hay una calma.

Quizás de no morir fenece el alma
y por ello la vida alumbra muerte.
¿Por qué no abandonarnos a la suerte
del tiempo que nos resta hasta la calma?

En este río helado en que me miro
podría estar el fin de mi reflejo
y el descanso total que necesito.

No la horca, el arsénico ni el tiro,
jamás la bala... nunca el aparejo;
prefiero un trago amargo e infinito.

•••

Ángel Ganivet se lanzó dos veces al río Duina... la primera pudieron sacarle del agua. Sucedió en Riga el día 29 de noviembre de 1898.

© luis felipe comendador

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