Les averses d’automne sont proche
Les averses d’automne sont proches
Se acercan los chubascos otoñales
Ya se oyen los graznidos de los grajos
que, en bandadas,
buscan en las ruinas su cobijo.
Algunas nubes negras
manchan el gris de plomo
que es el cielo
en una aguada mágica,
imposible.
Es el otoño un tiempo
de ventanas
que inunda de tristeza.
Cuántas veces hablamos
de su niebla esponjosa,
de los parques vacíos,
desolados.
Cuántos otoños
han sido necesarios
para sabernos ciertos
buscándonos la piel
en una cama.
Cuántas risas nacidas
al calor de la lluvia
mansa bajo unos soportales.
Las calles son ahora
cementerios de inabarcable tristeza
porque ya no te siento
arropando mi cuerpo
en tu paraguas.
Seré otoño
hasta el último
gesto de mis manos.
Se acercan los chubascos otoñales
Ya se oyen los graznidos de los grajos
que, en bandadas,
buscan en las ruinas su cobijo.
Algunas nubes negras
manchan el gris de plomo
que es el cielo
en una aguada mágica,
imposible.
Es el otoño un tiempo
de ventanas
que inunda de tristeza.
Cuántas veces hablamos
de su niebla esponjosa,
de los parques vacíos,
desolados.
Cuántos otoños
han sido necesarios
para sabernos ciertos
buscándonos la piel
en una cama.
Cuántas risas nacidas
al calor de la lluvia
mansa bajo unos soportales.
Las calles son ahora
cementerios de inabarcable tristeza
porque ya no te siento
arropando mi cuerpo
en tu paraguas.
Seré otoño
hasta el último
gesto de mis manos.
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