Carlos Obregón se abstrae en Mallorca

Ser como el caracol que ruge
trepando por el musgo,
haciéndose humedad con la humedad,
piedra con la piedra,
arrastrando su cuerpo por el mismo alimento
que es vida y hez,
escondiendo su fragilidad calcárea
entre las plantas trepadoras
que atosigan el muro, que lo ahogan.

Las piedras también mueren,
se diluyen
como el caracol que soy,
y en sus huecos,
fruto de la erosión más implacable,
se averigua un sonido de sirenas
que ya no señalan la herida,
no la cantan,
porque la muerte es todo.

•••

Carlos Obregón tomó una sobredosis de barbitúricos en Madrid el día 1 de enero de 1963.

© luis felipe comendador

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