Canto al exceso

Hijos de la fiebre,
que habréis de ser el polvo repetido
o el humus que alimente
a la amanita o a la russula
un otoño cualquiera,
podad la vida con la afilada hoz
de vuestro aliento
–no con el fino cuchillo de plata
ni con la cimitarra tocada de marfil–,
sed parte de la hoguera
que se enciende con el alcohol barato,
lamed los ácidos nucleicos
mientras estén calientes,
arded en la ictericia del hachís
y que el desorden mismo
sea el corcel que os lleve
a destruir las leyes indecentes
del que apaga la luz.

Hijos de la fiebre,
sabed que cada anciano muere solo
y todo su resumen
es mansa incertidumbre y voz vencida,
que el gris está apostado en la próxima esquina
aguardando ese paso seguro que daréis
y no habrá vuelta atrás
ni miradas posibles.

Soy la sal de Adit,
Isak Borj,
la paura.

•••

© luis felipe comendador

Comentarios

  1. Hijos de la fiebre, en danza con la hoguera de alcoholes baratos, lamiendo ácidos para llegar al paso irreversible...

    Saludos
    MArian

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

dime...

Entradas populares de este blog

Poesía... ¿originalidad o personalidad?

Un poema ciático.