Las ciervas

¡Las ciervas...!

Siéntate en lo que resbala, viejo,
y mira el olor de las cosas
como tocas la tinta fresca con el dedo.
Busca en el zaguán la sombra de alguien que caminó ayer
y tiéndete a pensar en tu camastro.

¡Las ciervas...!

El beso, viejo,
el beso en las axilas
y luego flotar como una niebla ancha que deambula y advierte,
que gime como lo hiciera un mal fusilado.

Quiero entenderte, pero me cuesta tanto...

¡Las ciervas...!

El reflejo en el charco, viejo,
el baño de la virgen desnuda como un regalo de la lluvia,
las flores como sexos femeninos abiertos,
como bocas buscando la raíz que los penetre
mientras suena la queja deliciosa.

¡Las ciervas...!

Pulpa de mandarinas, viejo,
pulpa en los labios mojados con sabor a lo que se fecunda,
fécula,
felpa,
feldespato,
pulpa de mandarinas,
pulpa de vulva,
pulpa.

¡Las ciervas...!

Frótate, viejo,
que el tallo ya es adulto y hay que dejar olores
en las ramas que circundan tu isla,
hay que dejar señales a las hembras adultas de todas las especies,
feromonas,
feroces,
hipertensas.

¡Las ciervas...!

Deriva, viejo,
y escucha cómo crujen las cuadernas mientras amas,
escúchalas mientras hablan del lastre y las tormentas,
del tifón de anteayer o de la danza muda sobre un clítoris,
y que tu sangre fluya precoz,
mimosa,
mímica.

¡Las ciervas...!

Y ese averno que lentamente merma después de haber quemado, viejo,
ese averno lamido y retirado,
escondido en el fondo con su fauna y sus flujos.

Sigue solo hasta el opio,
hasta la grasa,
hasta la hiedra blanca...

frótate, viejo,
hasta lo lato,
late,
loto,
luto,
Leteo.

¡Las ciervas...!

Comentarios

  1. Le noto lúbrico y "Girondo", Sr. Comendador.

    bss

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  2. Tras la obscenidad,
    la ternura
    servida por la vejez
    donde ya nada puede ser disimulado.
    Cuerpo descomprimido,
    instinto ardido en su soledad,
    la tristeza, como el amor, está
    desnudita y fecunda.

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  3. Lúbrico es menos que poco.

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  4. Amigo: tardíamente (aunque nunca es tarde para devolver favores) me encuentro linkeado en tu página. Naturalmente, y con gran gusto, acabo de enlazarte desde la mía. Por lo que vengo leyendo por acá, vaticino que las visitas serán seguidas. Un abrazo desde Buenos Aires.

    Humberto

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  5. Muy bueno Comendador.
    ahi vengo...
    revisito...

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