La poesía le pide al poeta...

La poesía pide al poeta que se busque en lo difícil, es decir, que se concrete con suma delicadeza en su pensamiento y busque entre las tramas de su idioma lo más cercano a la pureza de esas ideas para hacerlas expresión. Es por ello que el poeta debe dominar la palabra y saber trazar con ella elipses y perfectos polígonos que incluyan la limpieza del trazo y la equidistancia de los significados en la mejor simetría auditiva.
Hacer poesía es dibujar sonidos que en su conjunto proyectan una idea compleja... una idea dispuesta a tomar desarrollos distintos en quienes la reciban y un dibujo que suene en el oído como una música que sea más que la música.
La poesía pide al poeta armonía en la presentación de un problema de pensamiento, pero también le deja ir a tientas para que enrede en el campo de lo posible.
La poesía le pide al poeta permanecer en ella siempre y convertir su mirada en esa flecha abstracta lanzada al infinito o a la nada.
La poesía le pide al poeta verdad [nunca sensación de verdad]... o como poco crear territorios donde la verdad funcione con calidad de existencia.
La poesía le pide al poeta ensimismamiento y definición del ‘no cesar’.
La poesía le pide al poeta sonido, efecto, ritmo, emoción, encadenamiento, ruptura, laberinto, pureza, llama, impulso, valor, destello, reflexión, multiplicidad, extremos, vibración, temblor, deseo, unidad, alma, contraste, motivos, digestión, sorpresa... y que se deje llevar como por el olor del pan reciente hasta el justo lugar del poema.

Comentarios

  1. ¿Y que cosas le pide el poeta a la poesía? ¿El poeta se limita a dar?
    Me gusta lo del olor del pan reciente. Debe ser que soy muy pragmática.
    BBN, al fin se acaba el día.

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  2. Una poética así merece estar presente en el cajón de las cosas importantes... sí señor.

    Un abrazo
    Marian

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