No es colirio, pero encierra lepantos en sus ojos de azufre, cadáveres flaquitos en sus labios de crema, ancianos persas en sus cabellos líquidos y una punta de lápiz en su voz de pantera... se afila por las noches y dibuja en mi centro colibríes rizados que vuelan sin moverse frente a mis ojos lánguidos... luego muda, harta de ser crisálida, y echa vuelo indeciso hacia todo lo incierto... y el viejo sigue como la muerte, al acecho... y obstante hoy no es obstáculo, ni plétora supone exceso alguno... como silbar... y yo juego a exprimirla con los dedos, con los ojos cerrados, con las uñas lamidas y dañadas... juego a sacarle el jugo como a una fruta nueva... y rezuma vasitos de licor, claraboyas altas, espejitos de plástico, diminutas lombrices de tierra y un trago de Cointreau que se hace ar...
El haiku demuestra cómo se puede decir todo con sólo tres frases. Un poema precioso. Saludos
ResponderEliminarme ha encantado
ResponderEliminarprecioso!
ResponderEliminarV.
Este es de 10.
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