Muchas veces me he preguntado sobre los motivos del poeta, pero jamás he llegado hasta un solucionario concreto que me dejase el paisaje despejado para ver clarito. Dos puntos de partida, para intentar hincarle el diente a este asunto, son fundamentales: 1. Trabajar desde la idea de quien poetiza para sí mismo y lo hace sin pensar en el lector, jugando a la introspección serena y sincera, a interpretar el mundo y a interpretarse. 2. Enhebrar las poéticas que tienen siempre al otro como referente receptivo, poetizando con maquillaje para ‘obtener’, para ‘recibir’, para ‘ubicarse’... siempre con un diverso contenido narcisista. Y, desde estos dictados puntos de partida, analizar dos conceptos que les son inherentes, que pueden emanar por sí solos, de forma independiente o mezclados... o ser buscados con diversas dosis de éxito o fracaso. Esos dos conceptos son la ‘originalidad’ y la ‘personalidad’. Desde el punto de vista del creador que trabaja para sí mismo, desde sí mismo y hacia sí m
Gracias por tu visita a mi rincón y de paso pedir permiso (a toro pasado) por mi atrevimiento (al menos espero haber acertado en la elección)
ResponderEliminarAl tiempo he descubierto tu blog y me añado con placer como seguidor.
Gracias.
Max.
Me ha gustado mucho este poema.
ResponderEliminarUn saludo,
Oceano
Hermosos haikus! te sigo
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