Que no me duela morir
Que no me duela morir es lo que quiero...
Que no me duela morir...
y rimar perros con árboles
o hacerme un harakiri en el pulgar cuando atardece...
bailar como un poseso
al ritmo del ‘Dough roller blues’ de Garfield Akers
y decidir si me muerdo una uña
o me fumo el próximo cigarro
como un suicida...
pero que no me duela morir,
porque no merece la pena que me vaya de aquí
con un recuerdo amargo...
que no me duela morir...
y rimar las costuras de tu falda con los muslos
o poner mantequilla en las galletas,
y caminar toda una noche entera
mientras llueve
o simplemente dejarme caer en la cama
como un fardo...
Y que me canse de usar solo la mano derecha
o que me olvide de que tengo un omóplato
mientras miro tus senos de glicina a contraluz
y con el filtro verde de mis ojos...
y que siga deseando acariciar los meses
como a tu vientre hecho de cutis fino y blondas suaves...
y no sentirme indiferente
como las reses en el paisaje,
estancadas en los pastos con nada que hacer...
Que no me duela morir...
o que me duela poco...
que no sienta dejaros
y todo sea rimar la madera de pino con mi cuerpo
o rimar estos ojos con el negro total de algún abismo...
y que de pronto vea tu boca viniendo
y mar picada...
y que eso sea todo.
AMEN. Ante poemas como este uno debe guardar silencio, para no entorpecer.
ResponderEliminarUn abrazo
Marian
Estoy de acuerdo con Marian. No se podría haber descrito de mejor forma eso que todos pensamos y que nunca decimos.
ResponderEliminarSupongo que caeré en lo típico de sigue escribiendo así, pero es lo que pienso.
Este poema me parece bastante especial.
Un saludo!
muy bueno. llevo un rato leyendo...
ResponderEliminarV.
Qué cabrón, coño.
ResponderEliminarFelipónnnnn... qué bonito encontrarte junto a un poema mío. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarDuele.
ResponderEliminar