Morir despreocupado

Lo sé sin más,
sin darle vueltas...

lo sé porque me descerraja y me turba,
porque me deja destejido...

me encanta mirarme
en los ojos de las mujeres frágiles,
porque me ruge e inclina mi voluntad,
porque me arrastra...

Muchachas asomadas a las ventanas,
como geranios recién regados,
como amuletos contra las palomas
y los duendes,
muchachas inalcanzables
a esta pereza endémica y oscura de mis manos...
asomadas como ofreciéndose a ser miradas,
al oreo del día,
como señuelos de prostíbulo
o carne de conciencia turbia...

Todo vendrá,
si viene,
desde el fondo...
vendrá desde los ojos apagados,
desde la caracola que es no estar,
todo vendrá,
si viene,
desde este aquí que es todo,
desde este ansia que fue en otro lugar,
pero que es mía...
mujeres frágiles con ojos que me miran
desde las ventanas entreabiertas,
mujeres frágiles entre visillos o cortinas de ducha,
mujeres como incienso,
elevando su olor tan mansamente como una duda...
mujeres para trinchar con los ojos de carne...

La alegría en lo abierto,
cada causa y su efecto en el mantel de cuadros,
el quizás sobre el último crepúsculo
con cada omisión y su inercia...

¿Quién me velará cuando ya no tenga pisada
ni haya opción al temblor?

Comamos del mismo plato...
y espera a los postres
para decirme que todo ha terminado
a pesar de que los terneros persisten en sus pastos,
de que el deseo flota junto al fango,
de que esperan las moscas a anidarme
cuando el nudo ya no sea mi patria...

¡Ah!, las mujeres frágiles,
sus ojos de mirada insostenible,
sus bocas plásticas y elementales,
sus hendiduras y sus huecos,
su etéreo estar y ser solo en los ojos...
mujeres frágiles como la mica blanca,
¿adónde vamos?...
si ya el agua es amarga
y os percibo como entre celofán,
envueltas,
imposibles
desde esta cal que ya es mi sangre...
mujeres como de baquelita,
hechas de cruces que blandean los huesos
y le quitan lo hidráulico a los músculos...
mujeres que no sabéis qué pasa,
porque a ese santuario
no llegan los apremios grises y sus nieblas...
mujeres frágiles para esta cábala de signos,
para este apoyarse en las paredes
mientras se rompe el vidrio de mi sombra
y deja un espacio vacío...
mujeres para este corazón encanecido
que busca una ceguera en el olfato,
para este estar ladrando ante la puerta
como si fuera un pozo,
para este descuidado precipitarse a lo que sea...

Solo quiero
para cuando el final ponga su sello
morir despreocupado.

Comentarios

  1. De visita y recreandome con tu blog,si que esta agradable venir por aqui lo hare seguido,te espero por mi sitio.Mucha luz y hasta pronto...

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