VERSOS PARA BELÉN ARTUÑEDO
Llama a la luz
y ante su vibración
busca el paréntesis
que te ayude a llegar
a controlar tus párpados.
No hay esperanza.
¿Acaso existe el árbol
cuando tú no lo miras?
•••
Las cosas son el aire
que eliminan
y el espacio que no ocuparán nunca
de su aprecio
resultan las pasiones
que te harán, sin saberlo,
esclavo o mártir.
•••
No deciden las horas,
aunque son cómplices
del tedio y la mirada
que no sabe posarse.
El único testigo
es el que vas dejando
en una mano virgen
para que lo padezca.
No te quedan más días
que los que ya has vivido.
•••
Ser lo ya señalado
o ser lo nunca escrito…
¿Qué importa,
si el regreso no es una opción posible?
•••
Huye hacia una tarde
que sepa despeinarte
sin aprender
de ella
más que la luz
no el viento.
•••
Cuando me hables,
siempre,
hazlo del fragor
de los sentidos…
que los golpes me duelen
aunque no los reciba.
y ante su vibración
busca el paréntesis
que te ayude a llegar
a controlar tus párpados.
No hay esperanza.
¿Acaso existe el árbol
cuando tú no lo miras?
•••
Las cosas son el aire
que eliminan
y el espacio que no ocuparán nunca
de su aprecio
resultan las pasiones
que te harán, sin saberlo,
esclavo o mártir.
•••
No deciden las horas,
aunque son cómplices
del tedio y la mirada
que no sabe posarse.
El único testigo
es el que vas dejando
en una mano virgen
para que lo padezca.
No te quedan más días
que los que ya has vivido.
•••
Ser lo ya señalado
o ser lo nunca escrito…
¿Qué importa,
si el regreso no es una opción posible?
•••
Huye hacia una tarde
que sepa despeinarte
sin aprender
de ella
más que la luz
no el viento.
•••
Cuando me hables,
siempre,
hazlo del fragor
de los sentidos…
que los golpes me duelen
aunque no los reciba.
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