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Mostrando entradas de noviembre 23, 2008

Como las jarras de Morandi

De este frío, los cuerpos anudados buscándose en las ruinas del blanco silogismo, sabiendo del revés el laberinto y echando el ancla blando en el guarismo cónico que es sima. Se apresan, se enderezan y retuercen exprimiendo el calor que llevan dentro como un zumo de bayas o un silencio. Se los oye jadear en lo nocturno y son como las jarras de Morandi sobre una mesa siena, inescrutable. Son escuetos, pues hacen una sombra, aunque son dos collares de vértebras trabados en la danza de su misa buscándose el calor buscándose el calor buscándose el calor… Tanta intemperie, a veces, es bálsamo y no daña.

Mirándote

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Mujer dormida

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Apunte mujer de espaldas

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Entre manchas

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Mujer apoyada

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Perfil marcado

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Sentada

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Lectora

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Torso

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No pasa nada si a mí no me pasa nada

La vida te va quitando en la medida en que te va dando. Pura justicia del equilibrio. La verdadera soledad aparece cuando te percatas de que estás hablando solo. El terror nace cuando te preguntas si el amor es lo mismo que la fidelidad. El hombre impasible nace de la superación de la conciencia. La conciencia guarda la superstición para cuando el hombre no encuentra justificaciones. Para amar hay que tener tiempo. El poder es tan parecido a la belleza, que algunas mujeres a veces los confunden. Lo que contiene potencia creadora –la poesía, por ejemplo–, no puede ser jamás historia, ya que en su recepción se recrea. No soporto a los que mezclan la religión con la poesía. La primera es una deformación y la segunda es una elevación. El camino es lo ya pisado, pues lo demás no existe. Terminar de amar es empezar a conocer La realidad de lo eterno se llama 'ahora'. Si decides enamorarte, hazlo de tu idea de mujer y no de otra cosa. ¿Era la palabra de dios o el dios de la palabra? P

¿Quieres?

¿Quieres el ademán de tocarte y las convulsiones, que te talle como a un diamante con esta afasia mía de mangas sobre mangas, que haga la ceremonia rara de las aves del paraíso para tus ojos, que intente disuadirte mientras punzas mis músculos más blandos con tus uñas recién pintadas?, ¿quieres que me exija y te apodere, que rodemos por el suelo y seamos el ovillo, que te roce y te encarnes, que te repita entera con esta lengua de ceniza que escondo en la corola?, ¿quieres que te sahúme con incienso y apure en la escalera la copa que me ofreces, que te muerda el sombrero de rafia y te estuque la espalda y te haga un altiplano sobre lo espeso y te junte las piernas y te pliegue?, ¿quieres que te dibuje en tinta negra y todo se hinche como el arroz, que me precipite Niágara desde los orificios y quedemos maltrechos como la pulpa batida y seamos el reverso de todo lo que somos? ¿Quieres?

Abrígame

Abrígame, porque el fulgor aniquila y mis ojos apenas ya resisten mirar los faros encendidos de los coches, porque crujen los huesos y hay una vendedora de castañas en la acera aseando del frío los carámbanos, porque el mundo existía hasta ayer y hoy solo veo sendas cerradas de espinos y afiladas zarzamoras, porque el atlas acumula fronteras y el cuerpo grillos y la muerte una alfombra de musgo espesa y húmeda.

Cuerpo mío

Afilado, te culpas de ser estéril como la noche a solas, te sientes entregado desde los labios hasta el justo relámpago que escondes en la alacena de los muslos. Eres el tambaleo, cuerpo mío, extranjero de ti como ese viento que llega del oeste arrastrando despojos, casi hostil, escueto, insatisfecho. Te miro con estos ojos de noche, que apenas ya responden al temido contraste de las horas, y te percibo enredado palimpsesto, abrupto y hasta oblicuo… te veo sin memoria, sin ese olor explícito a eucalipto que llevabas mientras te perseguía la esencia de un amor inalcanzable. Te culpas… y aún eres el refugio para cualquier exilio de mí, aún el hábitat donde me vuelvo turba, el país con su mar exterior y unos rebaños pastando… te culpas sin saber cómo boquean los peces sobre la hierba reciente o cómo mana la sangre del cuello del becerro recién sacrificado. ¿Mereciste alguna vez otra dimensión o simplemente te basta ser un numen menor que juega a transgredir desde las vísceras? Contente, c

Resentimiento del tiempo

No hay nada por encima de la verdad, ni amor siquiera. Me esfuerzo en ser mi sombra para no ser la luz ni ser las lágrimas, pero el miedo se convierte en razón y alumbra al hombre que ahora no quiero ser. Un algo inexpresable que sabe a despedida va nublando mis ojos. Me quedaré sentado al borde de esta nada por si el cortejo próximo llevase en su silencio mi cadáver. Te besé siempre como si cada beso fuera el último.

Pire que le méchant soldat

Pire que le méchant soldat Peor que el perverso soldado Vosotras, calles tristes, meadas calles muertas que arropáis las pisadas de solos traseúntes, permanecéis tendidas a pesar de los muertos, a pesar de la lluvia para ahorcarme el recuerdo con esa soga vuestra, hecha de asfalto negro. La brea digerida que os hace, la huella de algún coche, el incendio amarillo en las aceras... Vosotras, calles últimas de gangrena apagada, hacéis mi soledad intransitable... Y yo odio ese ámbar viejo robado a las farolas, el porte pordiosero de vuestra sombra estrecha, el desorden de ciénaga que sois todas las noches. Quisiera destruiros, porque nunca supisteis mantener indeleble la huella que os hizo ser mis calles, las suyas... ¿Será que la conciencia envejece también, como mi cuerpo?

Vos clés

Vos clés Vuestras llave s Ya no tengo nada que guardar, pues las palabras llegan cuando quieren y eso es todo ahora. Mis llaves no han servido para nada... Las vuestras, sin embargo, siguen cerrando todos los lugares, marcando la posesión con media vuelta, como si en el cerrojo anidara la seguridad eterna. Todas mis llaves junto a todas vuestras llaves son un perfecto tratado de incapacidad. La muerte no necesita abrir ninguna puerta. Llega y basta.

Ces seuls doux souvenirs lui restent du grand jour

Ces seuls doux souvenirs lui restent du grand jour Del gran día sólo quedan estos dulces recuerd os Hoy es día de visillos, y mi cuerpo en ruina espera el bullicio silente de las máquinas que hacen brotar las lágrimas... pero no sé llorar, es triste gracia. Te has hecho nebulosa, como el humo de todos los cigarros que consumo, y sólo te concretas en objetos que fueron de tus manos y se han resuelto en ábaco de esta nueva aritmética que es fruto de desorden. La casa está vacía, fría y huérfana, guardando tus vestidos, como muertos, y unas bragas de alumbrado satén recogen nuestro amor en la mesilla. Ya sólo eres tus cosas. Yo también.

Mon coeur est plein de caporal

Mon coeur est plein de caporal Mi corazón está repleto de tabaco bordado de nicotina el dedo corazón de mi mano derecha porque el índice aún no ha aprendido a disparar y sólo sabe apuntar mansamente a mi sien.

Voici la punition

Voici la punition He aquí el castigo Que ocupe mi cuerpo este vació que otro cuerpo contuvo y se acomoden mis entrañas en el justo lugar que ocuparon tus pechos urgentes; que mi boca esté en el hueco de otra boca, que mi sexo cubique el espacio manchado por otro sexo y los tendones prestos a los muelles del coito. También ardió una muerte violenta en este hueco y otra tan natural que ni fue llanto... Cuerpos de carnes como despojos, empezados de sarna o de deseo, cuerpos débiles, miserablemente atléticos, salvajemente huidos ya, hechos alma que se desconoce... Justo como mi cuerpo ahora y antes.

Avec notre infini

Avec notre infini Con nuestro infinito ¿Por qué no fui yo el ojo de la aguja por donde apenas la razón asoma, ni supe desconocerme en una mujer quebrada a la orilla más mansa del Pisuerga, haciéndome río con el río, resto calcinado con la escoria letal de su estuario? ¿Por qué no amé en septiembre, cuando un sexo cremoso se me ofreció desnudo, rojo, incendiado... y fui mortal conciencia, sueño sólo? Aquí, al lado justo de mi ventana, se comen los amantes, se devoran con sus lenguas voladas en saliva. Sus vientres se confunden y hasta mí llega el ácido sudor de su batalla. Justo al lado de allá de mi pared suena el jadeo, el cabalgar más húmedo que pueda imaginarse. ¿Por qué no estás ya aquí? Salvajes estaciones con sus cambios de luna que sólo me traéis confundido el deseo de ser el preciso asesino, el violador borracho ahogado por su semen, y siempre me ofrecéis un trago de conciencia vestida de virtud que paraliza. ¿Por qué no permitís que me desate, que se de

Futurs squelettes

Futurs squelettes Futuros esqueletos En el éxtasis de la espera se me quemó el pulgar con un cigarro. Y es que estar vivo, a veces, resulta un poco incómodo. Futuros esqueletos resignados que condenáis el humo: mi pulgar está mucho más vivo que cualquiera de vosotros.

Sublime

Sublime Sublime Porque debe olvidarse el amor para que exista me deshago el camino y abandono las lágrimas en la oscura escalera mientras un corazón de napa me crece entre los dientes. Nacimos para morir, y sin embargo...

Sogneur

Sogneur Soñador Siempre me gustó todo lo que no tuve, por eso me gustas más ahora que ya no eres mía. Y quisiera comerte desde el vientre a la boca en el centro del parque para que nos llamaran indecentes.

Sous l’plafond

Sous l’plafond Bajo el techo Prende la vida otro día con ese sol tan repetido al fondo, con esa vocación de muerte cierta que se cierne sobre las sonrisas, con la precariedad obligatoria vistiéndonos por siempre.

Spectre blanc, et lever les spectres noirs des toits

Spectre blanc, et lever les spectres noirs des toits Espectro blanco espantando los espectros negros de los tejados Llegado el día de la mirada última, cuando el eco es el justo crepitar del rocío, suena la lucidez en tu boca expirada y una paz indecente da luz al desencuentro. La fuerza del oxígeno resuelta en mil burbujas hace coro al eructo que es trueno inexpresable. Ni siquiera una sílaba puso el sello a tus labios. Sólo carne tu cuerpo… Te conjugo en pasado y ya todo es incierto.

Tout est frais

Tout est frais Todo es nuevo Mujer, hoy, decaída, me lloras en el hombro y son tus ojos achinados bellas postales después de la tormenta.

J’ai trop pleuré

J’ai trop pleuré He llorado demasiado Es tarde, y ya no sé encontrar palabras que definan el tiempo que se acaba... pero las rosas blancas insisten en el parque... ¡su olor y su estallido! Es todo un decorado dispuesto para el paso seguro de los días. TRADUCCIÓN DE ESTE POEMA AL FRANCÉS POR SARA COCA Y ANA FERNÁNDEZ DOMECH (ambas de 15 años) DIRIGIDAS POR SINDA. "J’AI TROP PLEURÉ" Il est trop tard, et je ne sais plus trouver les mots qui définissent le temps qui s’achève… mais les roses blanches persistent dans le parc… leur parfum et leur éclat! c’est tout un décor disposé pour le pas certain des jours.

Sur la pente du talus

Sur la pente du talus Sobre la pendiente del talud Nunca he sabido buscar lo que tú deseabas, pues me entretuve en darle diez mil vueltas al cielo repensando los astros e indagando en su lógica. Lloré por los hambrientos un día de noviembre mientras tú sollozabas por la falta de tiempo para plancharlo todo. Firmé mil manifiestos contra los militares y fui incapaz de ver cómo te peleabas el pan de nuestros hijos... También viajé a otras tierras para asir con mis ojos la miseria del mundo, volqué mis esperanzas en la Literatura, me confundí en el fuego de afanes progresistas y he escrito para verme en papeles orlado... pero nunca he sabido darte lo que querías, ofrecerte un futuro, sin más, en el que fuéramos tú y yo justa certeza. Perdóname si ahora sólo sé lamentarme mientras te ofrezco el eco de lo que nunca fuimos.

Où aller, par ce printemps?

Où aller, par ce printemps? ¿Adónde ir con esta primavera? Se insinúa una luz entre las rejas y yo te hago el horóscopo del día: No te puede ir peor, ¡anima el alma! Comienza ya el bullicio en los pasillos: las ruedas, los hisopos, el cremor del orín atesorado en los matraces, los cambios de botella en los goteros, las agujas rampando su hipodermia, los termómetros fríos violando las axilas... El catéter despierta en un reflujo tu sangre distraída y yo ya no me alarmo, ya es costumbre. Te peino los cabellos, perfumo tus muñecas, te limpio el sexo yermo con una gasa húmeda y lo seco despacio... Dime... ¿Qué distancia separa el mármol de la seda?

Le soir

Le soir La tarde No mires la luz del faro, que te deslumbrará el ángel. No la mires siquiera con los ojos cerrados, porque esa luz penetra y estrangula. Dale la espalda ya, que contiene tu paz y mi dolor. No cedas a su música, no dejes que te arrastre, ¿no ves que contiene el cometa que elimina, que lleva la galaxia en sus fotones? No la mires, no mires esa luz, que en ella está la incógnita, que en ella quedo huérfano, que es el lobo, el murciélago, la nada... No mires esa luz... que tiene el frío horizontal, que alumbra el vértigo, que está hecha de silencio... ¿Quieres silencio?... ¿Sí? Me callo... pero no mires esa luz.

Tout là-bas

Tout là-bas Todo allá a lo lejo s No sé si en el fondo del mar atardece, si la línea del horizonte está a lo lejos o alumbra este pasillo que transito; no sé si el corazón es una joven corza amenazada o si el perro que ladra en la obra de enfrente es el mismo Can Cervero; no sé si esperarte de pie o estar sentado como un pétalo gris recién caído... pero oigo barcos que crecen como hogueras al este de mi corazón, crujen pies sobre sus cubiertas, abrazos que me dejan quieto por no soliviantarlos... Dejadla dormir, que fue mi vida, y que sus ojos se llenen de recuerdos.

Si tu savais!

Si tu savais! ¡Si supieras! Hoy me he sorprendido escribiendo de ti en pasado... Era tan delicadamente cándida, tan blanca era su piel y tan suave, tan hermosa su voz y su mirada... Luego he llorado para hacerte presente hasta que he comprendido que te he querido tanto que no te reconozco así, desmadejada.

Faudra-t-il s’en aller sans conaître le mot?

Faudra-t-il s’en aller sans conaître le mot? ¿Será preciso partir sin conocer la palabra? Gravemente medito porque esperar me tiende sobre un mar de razón y de preguntas. ¿De qué me sirve saber que gira el átomo, que la tierra florece para ser tierra luego, que el camino se estrecha y se bifurca, que en unos senos jóvenes exulta la pasión incontenible, que el mar late despacio en sus mareas, que en la alcoba son uno los amantes...? ¿Para qué darle vueltas al big-bang, al tiempo inabarcable, a la nada o al caos... ...si tú no puedes ya sentir más que el dolor se nubla en los narcóticos?

Un calme crépuscule II

Un calme crépuscule II Un plácido crepúsculo I I No hemos visto el Adriático ni el Bósforo, no hemos estado en Kenya ni en Turquía, no hemos hecho el amor en las aguas del Indo ni hemos roto en Corfú la luz de Eleusis. No sabemos del lumpen de Manhattan ni hemos sido clochards durmiendo en Vanves... Pero nos queda tiempo, estoy seguro, para ir de expedición a nuestra casa. Duerme ahora, que yo atesoro el tiempo.

Et tandis que tout change, et s’élève, et s’écroule...

Et tandis que tout change, et s’élève, et s’écroule... Y mientras todo cambia, se eleva, se derrumba... Estos días siento cómo la luz se va y cierra la puerta.

Voilà quel astre indiscutable émerge

Voilà quel astre indiscutable émerge Ved qué indiscutible astro emer ge Es un mar este vaso de agua que te ofrezco, un mar que has de beberte en cortos sorbos mezclado con la cruz del analgésico. No es un mar que nadar ni en el que ahogarse, porque es sólo clepsidra para tu sed de tiempo. Mientras sorbes despacio me miras como al sol, como sin verme, nublada de esa luz que quiero darte. Sé que soy la esperanza para tu sed y tengo ya vocación de astro, un astro indiscutible y apagado.

Oeil de chat

Oeil de chat Ojo de gato Hoy no ha salido el sol como otras veces y el día es una noche rara. Miro a los automóviles y me siento como el gato asombrado que espera el atropello con los ojos abiertos. Hay días de abandono... y yo vago sin norte por las calles porque hoy no quiero verte vencida, derrotada.

Combien de jours me reste-t-il à vivre?

Combien de jours me reste-t-il à vivre? ¿Cuántos días me quedan por vivir? Ayer pensé que quizás hayas muerto ya y que no existes, justo como antes de nacer. Imaginé que el ángel sopló la luz que tú encendías y todo para mí fue vacío, que no estabas desesperadamente, que ni la sal quiso que fueras la mujer de Lot por ser la mía. La posesión del aire que exhaló tu boca es todo lo que tengo, el aire que tomé apoyado en tus labios una noche que ardimos de amor adolescente. Nada más. Pero sigues aquí, peleándole un hálito a esta muerte que es duda para no ser pregunta. Me queda por vivir lo que tú vivas.

Sans compter le poète

Sans compter le poète Sin contar al poeta No te brilla el cabello y por eso no eres tú, porque se te ha olvidado ese ansia frenética por el aseo diario. Y es que el miedo elimina las mínimas razones que le otorgan valor a lo sensible. No has pedido siquiera ni lavarte los dientes desde que todo es fiebre y desamparo. A veces la muerte me resulta vulgar... Yo te beso los pies mientras sollozas

Avec ses grands yeux

Avec ses grands yeux Con sus enormes ojos No quiero conformarme con mi mala suerte y te peleo el sueño entre los analgésicos. Quiero que seas consciente hasta el final, a pesar del dolor, de este amor que te tengo. Con sus enormes ojos me mira y me pregunta si hay algo más allá de la mortaja que otro día fueron sábanas donde enmarcar la vida.

Les averses d’automne sont proche

Les averses d’automne sont proches Se acercan los chubascos otoñales Ya se oyen los graznidos de los grajos que, en bandadas, buscan en las ruinas su cobijo. Algunas nubes negras manchan el gris de plomo que es el cielo en una aguada mágica, imposible. Es el otoño un tiempo de ventanas que inunda de tristeza. Cuántas veces hablamos de su niebla esponjosa, de los parques vacíos, desolados. Cuántos otoños han sido necesarios para sabernos ciertos buscándonos la piel en una cama. Cuántas risas nacidas al calor de la lluvia mansa bajo unos soportales. Las calles son ahora cementerios de inabarcable tristeza porque ya no te siento arropando mi cuerpo en tu paraguas. Seré otoño hasta el último gesto de mis manos.

Un calme crépuscule

Un calme crépuscule Plácido crepúsculo Hoy ha huido el dolor antes de tiempo y me has pedido que te acerque a la ventana para mirar el cielo. Te emocionaste al ver otro crepúsculo mientras tus ojos se preguntaban si sería el último. Pasamos en silencio unos minutos eternos y comprendí que el tiempo es moldeable, que se puede vivir más en unos segundos que en una larga vida. Cuando el sol ya no era me has dicho con la nuca que me amas. Yo te he devuelto al lecho y he sabido en tus párpados que siempre estaré solo. La noche se ha hecho ámbar para tu sueño plácido.

Seras loin alors

Seras loin alors Estarás lejos entonces Pasaré en los cafés horas muertas de tedio junto a otros solitarios. Leeré en los periódicos catástrofes lejanas para olvidar tu falta. Buscaré en el mercado una espalda curvada parecida a la tuya. Pasearé los parques con caminar tranquilo. Limpiaré mis zapatos cada día a las nueve. Me serviré una sopa cuando el cuerpo lo pida y en la cama sabré que uno se muere solo. No estarás para verlo, pues morirás conmigo.

On n’aime qu’une fois

On n’aime qu’une fois Sólo se ama una vez Si yo supiera hablar con las justas palabras, si pudiera poner los nombres a las cosas y hacer que así existieran, si consiguiera hablarte con la palabra exacta... sabrías que ni antes ni después de saberte puede haber sentimiento más intenso.

Soigne-toi je t’en conjure!

Soigne-toi je t’en conjure! ¡Cuídate, te lo ruego! Siento cómo te vas, cómo se apaga tu voz mientras me preguntas que qué he comido, que si he hecho la cama, que y los niños, cómo están. Te pido con mi mano que calles, que me mires y calles mientras me dices todo con los ojos. De vuelta a casa me siento como un banco mojado que no quiere la gente y susurro tu nombre despacito ¡Cuídate, te lo ruego!... Ya sin ti yo soy nada.

Ce soir, j’ai le coeur mal

Ce soir, j’ai le coeur mal Esta tarde tengo el corazón mal Hace tiempo que sólo hablo en pasado, que apenas soy capaz de atisbar un ahora triste, tristísimo... y, solo, me refugio en los recuerdos como queriendo encontrarme en un calor de antes que ya es frío. Lloro a veces y no sé por qué lloro, quizás para intentar buscarme en la humedad de mis mejillas. La soledad es dura compañera en tardes como esta, tardes en que la muerte sería el mejor láudano. Siento latir mi piel de cartón piedra.

Défaire et refaire ses tresses

Défaire et refaire ses tresses Deshacer y rehacer sus trenzas Existo en tu cabello y me deshago en él como incendiado. Tiene entonces sentido la batalla, tiene sentido el vivo azul Chagall que cruza el ojo, las doce en el reloj, la música, el ocaso... ¡El ocaso! Quiero hablarte de todo el tiempo, de las horas anudado a tu nuca con las manos trenzadas, del terror que los días supuraban en mis ojos de espejo. Quiero hablarte del vello que erizabas mirándolo, de los hijos perdidos ahogados en las sábanas que no sabían nadar. Quiero hablarte del raro sinsentido que es amarte hasta desamarte. También te odié, y eso es amor.

La sonde t’entre par le nez

La sonde t’entre par le nez Que la sonda te entre por la na riz Ahora que ya no sientes la furia del ridículo encendiéndote y me miras llorando, suplicando mi mano para salir de donde yo jamás podré sacarte... Ahora que la certeza del final se te ha clavado justo en las pupilas y la vida penetra regalada por esta sonda fría, umbilical... Ahora entiendes mi prisa, mis ganas de tenerte antes del dormitorio, mi insaciable ansiedad encarnada de piel y de saliva... Ahora que te penetra el plástico y no quieres mirarte en el espejo... Ahora me pides, leve, sin palabras, que recupere el tiempo con mis manos. Y yo tan sólo sé seguir amándote.

Ce monde est bien plat

Ce monde est bien plat Qué vulgar es este mund o ¿Y de la vanidad... qué me dices de la vanidad? Tiembla la mano como tañida por un ángel terrible y la vejez oculta la belleza aquella que fue deseo de otros y los rostros de pétalos caídos sólo saben en los ojos que ya no hay esquinas que doblar, tan sólo el alarido, el pulso de un final tan ordinario como otros. No hay nada particular en la vejez, ¿por qué no morir, entonces, cuando la savia no precisa el decorado, cuando el flou es una resta, cuando apenas puede imaginarse otro luto que no sea el que recogen los ojos? Desnúdate para mí, quítate los afeites y que sean tus axilas las que llenen mis manos. Quede la vanidad para otras pieles y déjame abrazar tu cuerpo último herido por el tiempo hasta expirarlo. fuimos... que ya es bastante.

Tuneos

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Soy de mis gestos

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Canto a mí mismo

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Miradas lúbricas

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