OBSTINADO EN PERECER...

Obstinado en perecer antes de tiempo
me detengo en el andar de la muchacha
que camina delante de mis ojos…
debe oler a merienda todavía
a pesar de su falda de fulana

Y la ciudad sigue estrechando
su abrazo sobre el verde del monte
y en las laderas cuecen ya las comidas de la noche
esos adinerados que no sabrán jamás
de la sonrisa que dejan deslizar los que se hacinan
en la pobreza del valle

Camina con graciosa majestad
sobre sus tacones rojos y su edad quizas no llegue
a los diediséis
pero gestiona el contoneo
como una dama de noche
mientras una urraca expresa sobre el suelo
que el frío llegará en cualquier momento
y habremos de volver al cielo raso
a la bombilla jugando a ser un sol menor y huérfano
al calor artificial y a las noches de humo
en las que los hombres se cubren con sus mantas
buscando un final o una excusa

Pero aún no es la hora
y en el cambio de ciclo estacional
hay como una frontera de mangas cortas
y frío a media tarde
de faldas con un misterio estival ya tardío
que son como expirar

Hay un final en cada paso de esa muchacha
virgen
en cada hueco dejado al aire
para buscar mis ojos
y hacerlo más dolor del que ya siento
y no hay coartada posible
porque a la edad del fauno le fue negada
la posibilidad
aunque no el valor de lo húmedo en las piernas
ni el sentimiento de que en esta frontera
todo puede trabarse

¿Cómo atar lo que fuimos con lo que pudo ser?
¿Cómo acabar si el mundo
se empeña en que esos pasos
se hagan marca de agua en mis ojos cansados?
¿Cómo aguantar hasta que llegue el invierno
si no sé qué ponerme
sobre el cuerpo
en los ojos
en estas manos prestas a lo que llegue
aunque sea la muerte?

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