Marina Tsvetaeva hace un nudo corredizo en Élabuga
En el Este se fragua la conciencia del mundo.
En el Este del frío, donde el jardín se hiela,
florece el ideal como rosas de escarcha.
Yo, que me senté sobre el cadáver de mi hija
a escribir versos, aún confío en el Este,
en este punto exacto que solo es triunfo o tumba.
El frío me penetra hasta las ingles
y apenas tengo entrañas, pero escribo
con mis manos heladas, entumidas.
Escribo que el futuro es un verso de Pasternak
o una elegía de Rilke llena de sed y huesos.
Me encenderá el carmín el rigor de la cara,
peinaré mis pestañas hasta engañar los ojos,
enhebraré el collar de nudo corredizo
y abrazará mi cuello la calidez del ángel.
En el Este también la soledad lo es todo.
•••
Marina Tsvetaeva de ahorcó en Élabuga el día 31 de agosto de 1941.
© luis felipe comendador
Duerme la soledad en los pasillos,de este paraíso sin fin llamado mente...
ResponderEliminarY allá en el este, despierta al amanecer...
Besos y amor
je